En abril de 1918 comenzaban las obras de entubación de las aguas traídas de un pozo (muy probablemente el del Remolino) que tenía como destino la estación de Riotinto. Su función sería abastecer de agua la estación y todas las dependencias anexas a ella, como para el propio ferrocarril de la compañía.
La estación de Riotinto en San Juan del Puerto
Unos meses antes la compañía minera compró el pozo y las tierras adyacentes a él, pero se hacía necesario el permiso del ayuntamiento sanjuanero para poder instalar unos tramos de tuberías que debían colocarse en terrenos del común del consistorio, permiso que se pidió en marzo.
Se necesitaba tender una tubería de fundición de 0,15 centímetros de diámetro, la cual ocupaba terrenos de la compañía y del ayuntamiento, éste último en dos tramos, siendo el primero de unos 135 metros entre el pozo de origen y la carretera Huelva-Sevilla y otro de 315 metros aproximadamente en la marisma que correspondía al arroyo Brejillo. Algunos tramos, las tuberías irían enterradas y otros estarían descubiertas.
El ayuntamiento concedió la licencia al mes siguiente comenzando las obras inmediatamente.
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