Es una costumbre que en los días anteriores al 2 de febrero, día de Nuestra Señora de la Candelaria, mayores y sobre todo niños, apilan maderas, trapos, cartón, monigotes (en su mayor parte realizados con un mono de trabajo que se rellenaba de paja y se le colocaba una cabeza de muñeco, estaría dispuesto en el centro de la hoguera encima de un gran palo) y todo tipo de materiales que se pudieran quemar. El mismo día dos o en la tarde noche de la jornada anterior se montan en un solo bloque o estructura para unas horas más tarde quemarlos el día de la Candelaria.
Se hacían en diversos puntos de San Juan del Puerto, así era muy difícil que no se viera alguna candelaria caminando pocos metros de distancia. Era normal que hubiera una de ellas en todas las barriadas que componen nuestro pueblo.
Llegado al día señalado y ya anochecido se encendía la candelaria, una vez que ésta ya se había consumido en su mayor parte, se preparaban las ascuas para poder poner allí distintos embutidos, pan y otros comestibles además de bebidas para poder degustarlo a la luz y el calor de la candelaria. Esto para el vínculo familiar y social es importante porque a la luz de la lumbre se cantaba, hablaba y charlaba de distintos aspectos de la vida lo que hacía que la interrelación social entre personas y vecinos fuera muy eficaz.
Como antecedentes de esta fiesta, nos podemos remontar a la época de la antigua Roma, ya que cada 2 de febrero se celebraba la fiesta de las luces o de las antorchas cuando los vecinos de las distintas urbes se paseaban con antorchas encendidas en honor de Februa, madre de Marte. Posteriormente la cristiandad celebra la festividad de la Candelaria o Purificación de la Virgen ya que el fuego es símbolo de purificación y de la presentación del Señor en el templo.
Además, esta fecha del 2 de febrero, los días son cada vez más largos y los fríos intensos prácticamente han desaparecido y la nueva estación cada vez está más cerca siendo el fuego el anuncio de la inminente primavera.
2 comentarios:
Buenos recuerdos y buen apunte.
Que buenos momentos de niñez
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