La población de San Juan del Puerto estaba creciendo desde mediados del siglo XVIII. Ante esto, el ayuntamiento cedió terrenos para que se pudiera construir viviendas, los permisos sobre todo se dieron para la construcción de nuevas casas en las calles San José, Pozonuevo y Concejo.
Sin embargo se originó la paradoja, que esta última calle no tenía salida para el centro del pueblo, y sus habitantes para ir a la Plaza de la Iglesia o al centro del casco urbano tendrían que dar un gran rodeo.
A continuación trascribo el acuerdo municipal sobre esta apertura:
"...los vecinos que an labrado casas con lisencia de este cabildo en la calle que les pusieron de Consejo, bajo la qualidad de que se les abia de abrir calleja que saliese a la calle del Pozo por la parte de casa que en ella tiene Melchor Toscano... para que tirase la quinta de los costo de dicha apertura y contribuiesen los que tienen solares... como consta del acuerdo de este cabildo en veinte y ocho de Mayo de mil setecientos ochenta y tres... no pudo ponerse executar por aquel tiempo a causa de las calamidades de los años, pero haviendose advertido el perjuicio que sufrían los referidos vezinos de la calle del Consejo... el Sr Alcalde siga en dicha obra..." .
A pesar de abrir la calle, ésta todavía era estrecha y a lo largo de la segunda mitad del siglo XX se hizo perentorio la compra de otra vivienda contigua para su ensanchamiento porque los vehículos a motor tenían dificultades para maniobrar. A finales del siglo pasado, el ayuntamiento adquirió la casa contigua para derribarla y hacer posible que el tránsito fuera más fluido. Con ello se terminaba definitivamente con un problema que existía desde siempre en esta zona del pueblo y que causaba gran trastorno a todos los sanjuaneros.
A pesar de abrir la calle, ésta todavía era estrecha y a lo largo de la segunda mitad del siglo XX se hizo perentorio la compra de otra vivienda contigua para su ensanchamiento porque los vehículos a motor tenían dificultades para maniobrar. A finales del siglo pasado, el ayuntamiento adquirió la casa contigua para derribarla y hacer posible que el tránsito fuera más fluido. Con ello se terminaba definitivamente con un problema que existía desde siempre en esta zona del pueblo y que causaba gran trastorno a todos los sanjuaneros.
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