"San Juan del Puerto...su sitio es una llanura a la vanda Boreal de Rio Tinto, casi en frente de Moguer, y en igual distancia de Niebla, y de Huelva. Con la fertil Campiña de su Termino, u el comercio de su Ria, ha crecido la poblacion a un buen vecindario de gente honrada, y de buenos caudales".
Fragmento recogido de "Huelva Ilustrada", obra de Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho de 1762.


lunes, 24 de noviembre de 2014

El Cinema Sauci

El cine en San Juan del Puerto se remonta a comienzos del siglo XX, en concreto se conoce que existía un cine en la calle San José, en la conocida como bodega del “Francés” por ser propietario de ella un comerciante y vendedor de vinos venido más allá de los Pirineos.
También hay referencias en la prensa provincial del momento, en 1914 en el periódico “La Provincia” hay una noticia sobre la inauguración de la temporada de cine con la película “Quo Vadis” realizada dos años antes, lo que no pone es donde se proyectó. Esto refleja que durante estos años era frecuente el cine en San Juan y que era muy respaldado por la población. Sin embargo a partir de ahí las noticias son escasas, aunque sabemos que el cine no desapareció del pueblo.  
En 1934 nacería el conocido Cinema Sauci abierto por el empresario local Juan Sauci Carrellán, natural de Bollullos Par del Condado. Juan dejó su localidad natal al final del siglo XIX y se trasladó a San Juan del Puerto, era empresario de una tonelería y a principios del siglo XX ante la pujanza de los vinos también se hizo “fabricante de vinos”. Le compró a la familia de Joaquín Garrido Santamaría las bodegas que tenía entre las calles Trigueros y Conde, eran tres bodegas, las situadas en las calles Trigueros y Conde fueron al cabo del tiempo vendidas y en sus terrenos se construyeron viviendas, la de en medio, cuya fachada da a la actual calle Odiel se convertiría en 1934 en cine. Lo primero que hizo fue acondicionar la nave de la bodega en sala de cine y para ello tuvo que quitar toda la maquinaria que había en la nave y comprar todo lo necesario para que el cine funcionara. Dispuso también de un escenario para representaciones teatrales, bailes y flamenco, para este fin también se puso un piano al lado de dicho escenario. Compró asientos de madera, unas 300 butacas aproximadamente, éstas estaban dispuestas de diferente forma, unidas de cinco en cinco o de cuatro en cuatro, delante de ellas se colocaron unas sillas de enea que estaban situadas cerca del escenario. En dicho año, todo estaba dispuesto para que el cine empezara a funcionar.  El primer operador de cine fue Félix Pichardo que posteriormente fue el dueño del cine de Isla Cristina, a lo largo del tiempo también pasaron como operadores Antonio Quintana, Ángel Moreno y Miguel Fuentes Gómez. En un principio el cine comenzó con la familia Sauci y Guillermo Balary, pero éste último estuvo muy poco tiempo asociado con el cine sanjuanero. La primera noticia que tenemos sobre el Cinema Sauci fue la publicada en “La Provincia” el 31 de enero de 1935 que daba la siguiente información: “El señor Sauci Carrellán, propietario de la magnífica sala espectáculos “Cinema Sauci” nos ha participado que se está dando fin a la instalación de un nuevo aparato sonoro Orpheo Sincronic, tipo record y que próximamente comenzará la proyección de films sonoros…”. Esta afirmación nos está indicando que desde el año de su inauguración Juan Sauci y su hijo Mariano pretendía emitir películas sonoras.

Escenario y patio de butacas del Cinema Sauci. Foto: Juan Antonio Ruiz (JAR)
Desde un primer momento el cinema tuvo una gran aceptación por parte de los sanjuaneros, los primeros bailes que se hicieron fueron los de carnaval de aquel año, en donde se congregaron toda clase de personas, cosa que no podían hacer en los otros dos lugares del pueblo ya que su acceso estaba restringido según su condición. El Cinema Sauci se convirtió en un conglomerado que tenía sus puertas abiertas a gentes de distinta ideología y posición social y económica en los años 30 en donde la armonía se rompería unos meses después con la guerra civil. Así lo decía la prensa con esta declaración: “Brillantísima han sido sin ninguna clase de dudas los bailes carnavalescos celebrados en las distintas sociedades recreativas de esta.

En primer lugar y por orden de su importancia citaremos el del Cinema Sauci, que por la amplitud de su local y concurrencia de encantadoras señoritas ha dado este año gran realce a estas fiestas en las que olvidamos, aunque sea por unos momentos la monotonía del cotidiano vivir para dedicar a nuestro espíritu unas horas de bullicio y alegría…”. Lo mismo sucedió en el Domingo de Piñata donde el local estaba “completamente abarrotado” durando el baile hasta bien entrado el día siguiente.
Ya en el mes de noviembre se eligió la sala para escoger quien sería Miss San Juan del Puerto, este acto fue realizado por la “Asociación Amigos del Arte” de la capital onubense, dicha asociación pretendía llevar esta elección en los distintos pueblos de la provincia además de llevar teatro y cante, después de los oportunos bailes de las candidatas y de una dura deliberación se distinguió con este título a Juana Rodríguez Rodríguez. Después de la elección se hicieron para el público asistente teatro y flamenco. La última noticia que tenemos sobre el cinema durante el periodo de la Segunda República fue la vuelta de esta asociación para representar “Morena Clara” el 11 de diciembre de 1935.
Una vez tomada la provincia de Huelva por las fuerzas nacionales, éstas dictaron a lo largo de la Guerra Civil una serie de normas sobre el cine que se tenía que cumplir a rajatabla. La primera de ellas de la que tenemos constancia es del 10 de mayo de 1937 en la que se indica que los actores Charlie Chaplin, Joan Crawford, Frederic March entre otros, por haber realizado campaña en el extranjero contra los nacionales se prohibía a los empresarios de los cines el contratar y exhibir películas y cintas en las que aparezcan estos actores y actrices. Diez días después se ordenó por parte del delegado de Estado para prensa y propaganda la siguiente disposición: “En los cines al comenzar el descanso se proyectará un retrato del Generalísimo solamente durante veinte segundos para no cansar al público interpretándose en este tiempo primeros compases Himno Nacional. Lo mismo se hará en los teatros.” Para redundar en este último se decía en agosto de 1938 lo que sigue “… en locales cerrados, toda clase de personas sin distinción de categorías permanezcan en pie y saluden brazo en alto incurriendo los que no lo hagan en multas de 25 a 500 pesetas”.

Palcos y patios de butacas del Cinema Sauci. Foto JAR
Después de la guerra los controles sobre el cine fue más riguroso, una de las primeras medidas que se tomaron consistía en pasar obligatoriamente en cada sesión el Nodo (noticiarios y documentales). La década de los 40, además de ser unos años muy malos, tampoco el cine se libró de ello. Como hubo restricciones de luz no se podía proyectar ninguna película, ante esto durante estos años lo que ocupaba al Cinema Sauci era las compañías de teatro, así pisaban el escenario compañías importantes como las de Joaquín Gallardo, Carmen Rossi y la de los hermanos Morillo que visitaron en varias ocasiones San Juan en la década de los 40 y 50. También era frecuente las actuaciones benéficas, sobre todo teatro y festivales de flamenco, a beneficio de  asociaciones y hermandades que afloraban en San Juan del Puerto, son muy recordadas las dirigidas por José Quintero y Juan Pérez Martín. A pesar del mal momento económico, el cine algunas veces llenaba su aforo e incluso las entradas se agotaban en algunas ocasiones con antelación, en estas dos décadas podía haber funciones todos los días de teatro y tres días había cine, en concreto los domingos, lunes y jueves. Las entradas se compraban en la misma taquilla del cine o sí estaba cerrado se podía adquirir en la bodega de la familia Sauci.
Ante el esplendor Mariano Sauci decidió crear el llamado y conocido popularmente como el “cine de verano” en 1943, éste estaba situado en lo que es actualmente el actual parking y parte del bloque de pisos anexo a éste. Tuvo un aforo de 700 localidades, todos los años se acercaban a principios de junio para cortar toda la hierba que había crecido en el cine de verano con las lluvias de primavera. El primer día de temporada era el día de San Pedro, el 29 de junio, ésta se alargaba siempre hasta mediados de septiembre dependiendo del frío que hiciese porque cuando venía el verano tardío algunas veces se daba cine incluso la primera semana de octubre. En la temporada de verano el día de la Virgen del Carmen, 16 de julio, comenzaba el cine una vez que la patrona de San Juan del Puerto pasaba por la puerta del cine. Luego cuando acaba la temporada de verano se recogían las sillas y la máquina se trasladaba al cine de invierno que funcionaba hasta la semana antes de las fiestas patronales. La curiosidad de que en los primeros días de verano se llenaba siempre a iniciar la sesión con la tarde simplemente oscurecida casi se veía aún la claridad solar cuando comenzaba la proyección. Habitualmente la película de un día se repetía al siguiente, con respecto al gusto cinematográfico las que solían gustar mucho eran los western, películas protagonizadas por El Cordobés y las relacionadas con el mundo del toro además de las reposiciones de Tarzán. Era paradójico que se proyectaban películas con muchos premios y sin embargo no tenían el beneplácito del espectador sanjuanero. Habitualmente se hacían dos cambios de rollo el segundo era un poco más largo y se consideraba descanso donde se daban unos cinco minutos largos para que pudiese vender tranquilamente sus productos el señor de la cantina. A lo largo de los años Montemayor y sus sobrinos José y Francisco tomaron el relevo de regar el cine cada tarde para que por la noche el calor del suelo no agobiase a los espectadores.
También se hicieron mejoras en el cine de invierno, se pusieron palcos más conocido como “el gallinero”, según se cree las barandillas y las columnas que lo soportan son de la Exposición Internacional de Sevilla de 1929. Los palcos fueron realizados por los maestros Ruiz y Morón. La pantalla de proyección se agrandó y el escenario se recortó haciéndolo más pequeño. Las butacas de enea se quitaron y se sustituyeron por sillas de madera unidas de cuatro en cuatro o de cinco en cinco, así en todo el salón había el mismo tipo de sillas. Unos años más tarde se le puso un falso techo para una mejor audición de la sala.

Cartel anunciando un espectáculo en el Cinema Sauci. Imagen recogida de facebook de José Valladolid Briones
Sin embargo para administrar el cine había que soportar una serie de requisitos que se tenían que llevar a cabo y que cada vez eran más estrictos, había inspecciones periódicas anuales para ver si se cumplía estrictamente el orden de tolerancia de las películas, había tres impuestos que gravaban el cine que consistían en: el tráfico de empresa, la protección de menores que dependía del Ministerio de Justicia y los derechos de autor, además de las imposiciones locales. Se tenía que poner en un libro las películas emitidas y el número de espectadores que iban al cine a ver cada película, las entradas tenían que ser solicitadas al ministerio y tenían que ser todas correlativas de la 1 a la 50.000, las que sobraban tenían que ser guardadas para la inspección pertinente. También para proyectar las películas se tenía que llevar la relación al Ministerio de Cultura una semana antes de ser proyectadas, esto comportaba problemas para su alquiler. A partir de Fraga Iribarne se tenía la obligación de pasar una película española por cada cuatro extranjeras proyectadas.
En noviembre de 1961 Mariano Sauci fue nombrado alcalde de San Juan del Puerto, con este cargo  no podía estar todo lo que él quisiera en sus empresas, ante esto fue su hijo Juan quien tuvo que ayudarle a llevar el negocio familiar, entre ellos el cine. Este compromiso con la alcaldía duró hasta el 4 de junio de 1969 cuando fue relevado por Juan José Rebollo Garrido. Como alcalde de San Juan tuvo el privilegio de conmemorar el 500 aniversario de la fundación del pueblo, para ello se organizó una serie de actos siendo estos el germen del actual programa de fiestas patronales en honor a San Juan Bautista. De su etapa política podemos destacar las múltiples obras que se hicieron a lo largo de estos años gracias al impulso económico del momento, destacando el crecimiento del casco urbano y con ello las obras de infraestructuras que se tenían que acometer en la población.
A pesar del desarrollo que había en la década de los años 60, para el cine fue el punto de inflexión y el comienzo del declive. La televisión entraba en los hogares de los sanjuaneros siendo la caja tonta el nuevo disfrute dejando de lado las butacas del Cinema Sauci casi vacías. Ante la ausencia de público las sesiones para ver cine se redujeron a días concretos, en esos días se proyectaban tres películas. Había veces que éstas eran solamente vistas por Mariano Sauci, los porteros, el taquillero y el operador de turno. Los porteros que pasaron por el cine fueron: Juan Romero Escobar, Manuel Cruz Magro, Miguel y Pedro “el Feligrés”. Con respecto a los taquilleros podemos dar los nombres de Antonio Villegas Tayllefert, Juan Minchón, Miguel Sayago e incluso estuvo Mariano Sauci (hijo). 

Una de las películas proyectadas en el Cinema Sauci. Foto: Juan Antonio Fuentes
Los años 70 tampoco fueron beneficiosos, además con el fallecimiento de Mariano Sauci en un accidente de tráfico el 15 de noviembre de 1976 llevó casi a la desaparición del propio cine. Su hijo Juan cerró el cine varios meses pero anteriores compromisos adquiridos hizo que volviera a abrir. Sin embargo, el alto coste que suponía tenerlo abierto, la poca asistencia de personas en la sala de proyecciones llevaron a su definitivo cierre en octubre de 1982.
El cine de verano le seguiría después, en concreto duró tres años más cerrando en 1985, la última semana que estuvo abierto, fue la del 16 al 22 de septiembre de ese año, se programaron estas tres películas: A contratiempo (31 billetes vendidos), American Gigolo (42 entradas vendidas) y Licencia para matar (102 billetes comprados).
Hace más de treinta años cerró sus puertas definitivamente, sin embargo siempre quedará en la memoria de los sanjuaneros que en una época de sus vidas disfrutaron sentados en las butacas de madera viendo cine, baile, teatro o flamenco en el siempre recordado Cinema Sauci.
Quiero agradecer a Juan Sauci Rodríguez por darme a conocer un trocito de la historia del cine que también es historia de nuestro pueblo San Juan del Puerto. Agradecimiento que quiero extender a Juan Antonio Ruiz Rodríguez por realizar las fotos de este artículo, a Juan Antonio Fuentes García por darme información sobre el cine de verano y cartelería y a José Valladolid Briones por facilitarme material sobre el tema. A todos, muchas gracias.

2 comentarios:

Inés Díaz Rengel dijo...

Que bonita la historia del Cinema Sauci, al que tantas noches acudí y en el que trabajé en dos funciones: El genio alegre y en la Herida luminosa. Gracias José Manuel

Anónimo dijo...

Que bonitas historias y tener idea d donde llega mi apellido y las generaciones