Sanjuaneros en la Guerra del Rif

A lo largo del siglo XIX y en las primeras décadas del siglo siguiente era continuo el enfrentamiento entre la población autóctona del norte del actual Marruecos y las autoridades coloniales de España y Francia. La más conocida y estudiada fueron los conflictos de la década de los años 20 de la centuria pasada, como la conocida campaña de Annual en 1921 o el desembarco de Alhucemas acontecido el 8 de septiembre de 1925. Entre ambos acontecimientos se dieron diversas campañas y luchas entre ambos bandos, además esta guerra del Rif trajo consecuencias para España como fue la llegada de la dictadura de Primo de Rivera tras un golpe de estado el 13 de septiembre de 1923. 

Soldados españoles en una de las campañas de Marruecos.
Foto: El Confidencial Digital

Hay muy poca información oficial de aquellos sanjuaneros que estuvieron presentes en este conflicto bélico, las noticias que tenemos son de aquellos que murieron en las diferentes campañas que se llevaron a cabo en Marruecos.    

Se realizaron diferentes actos a beneficio de las familias de los soldados fallecidos y para aquellos combatientes que habían sido afectados de una manera u otra. El Estado también daba donativos a aquellas familias que tuvieran algún familiar que habían fallecido o desaparecido en las distintas campañas llevadas a cabo por el ejército español en el norte de África. Así, el 27 de febrero de 1923, se tienen noticias que el Gobernador Militar recibió de la superioridad la cantidad de 7428 pesetas para ser distribuidas, a razón de 61,90 pesetas, a cada una de las personas cuyos nombres y pueblos se indicaban y que habían solicitado este donativo en un plazo indicado. En el caso de nuestro pueblo, hubo una sola solicitud que pedía esta donación, fue en concreto, Diego Gómez Márquez que lo hacía por un familiar muerto en combate.

Isidro González Cruz

Isidro González Cruz nació en Huelva el 12 de mayo de 1954 en el Hospital Provincial de la Plaza de la Merced, siendo el domicilio de sus padres, José Luis y María, la calle José María Pereda del Barrio de las Colonias. Es el mayor de trece hermanos de los cuales dos han fallecido.

Tiene bonitos recuerdos de su niñez que transcurrió entre el Barrio Obrero y La Joya. A la edad de 5 años, se traslada con su familia a San Juan del Puerto, concretamente a la calle Esparteros.  Además de la familia, el taller que tenían como negocio en Huelva, lo pasaron a San Juan, primero estuvo ubicado en una casa junto a la casilla del paso a nivel del ferrocarril de Buitrón, para luego a los pocos años trasladarlo a la calle Huelva y por último en la década de los 70 se pasó a la calle Real.

Isidro en el taller de la calle Huelva en la década de los sesenta

Desde muy temprana edad siempre estuvo en el taller mecánico de su abuelo y su padre, que combinaba con la enseñanza en la escuela de D. Manuel Orta Núñez y así hasta la edad de 12 años que comenzó a estudiar bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media “La Rábida” de Huelva, donde estuvo hasta cumplir los 16, obteniendo el título de Bachiller Elemental. Terminado los estudios continuó trabajando con su padre en el taller hasta enero de 1972 que se le presenta la oportunidad de trabajar en el Banco de Andalucía. Pasó por varias oficinas de la misma entidad y estuvo hasta finales del 97 causando baja por aceptar la oferta de otra entidad financiera, CajaSur, donde permaneció hasta 2011 en que causó baja por un ERE, actualmente se encuentra jubilado.

Su afición a cantar le viene desde niño por el ambiente familiar, pues tiene algunos referentes como su padre y una hermana de éste, más joven, su tía “Paquina” la cual siempre ha tenido muy buenas cualidades cantaoras para la Copla, los fandangos de Huelva y especialmente las saetas. Con ella compartió muchas veces el altillo de la calle San Sebastián en la puerta del “Salao” para cantarle a Jesús de la Pasión en las noches del Martes Santo y al Nazareno en su recogida la mañana del Viernes Santo a su paso por el “El Comercial” y a su llegada al templo en el balcón de Manolo el Peluquero en la calle Concepción.

Criadero de mariscos

El 9 de febrero de 1913, un hecho luctuoso sucedió en el llamado "Caño de San Juan", tuvo como consecuencia el ahogamiento de una de las dos personas que iban en un pequeño bote. El periódico "La Provincia" lo reflejó en sus páginas en la edición del día siguiente con el título Un hombre ahogado en la cual informaba a sus lectores de la siguiente manera:   

"En el río Tinto, cerca del molino de San Juan del Puerto, y en el sitio conocido por "Caño de San Juan", ocurrió en la tarde de ayer una sensible desgracia.

Caño de San Juan visto desde las compuertas

Dos individuos que se encontraban en un estado de embriaguez lamentable, decidieron ir a coger verdigones.

Para esto, se embarcaron en un bote de los llamados "patera", dirigiéndose al lugar donde se encuentra el criadero de mariscos.

Como su estado no les permitía ver el peligro, se colocaron los dos a un lado del bote, y éste, perdiendo la estabilidad, volcó, cayendo al agua los que lo ocupaban.

Uno de ellos, conocido por Ferrer, desapareció bajo el agua, pereciendo ahogado.

El otro a costa de grandes esfuerzos, logró tocar tierra, dando aviso de lo ocurrido.

Varias personas acudieron, logrando extraer el cadáver de Ferrer..."

"Esto es... carnaval": "Las pingüinas" y "Fantasía brasileñas"

Manuela Pérez Aquino, artífice de la comparsa de "las pingüinas" y de "fantasías brasileñas", describía en un pequeño artículo del año 2015, el carnaval en nuestro pueblo San Juan del Puerto en sus inicios en 1985, en éste nos cuenta lo que sigue:

XXX Aniversario Carnaval

El XXX aniversario del carnaval sanjuanero de 1985, en la que participó todo el  pueblo con mucha ilusión y entusiasmo. Duró pocos años, de este gran nivel que teníamos dentro de la provincia de Huelva.

Al comienzo de este primer año del carnaval 1985, yo impartía clases, tenía una academia de corte y confección, donde había muchas muchachas. Allí les propuse, el salir en una comparsa , todas jóvenes y las preparé en letras y disfraz, los "inflaos de pingüino", obtuvimos el primer premio en disfraz. La componían 22 jóvenes, las solistas eran Asunción Rodríguez y Fali Cartes. Los temas que tocábamos eran muy locales como eran las cruces y las riadas, lo que sí hacíamos eran letras que no hicieran daño o ridiculizaran a alguien del pueblo. 

Comparsa "Las pingüinas" en 1985.
Foto: Maribel Cisneros

            En el segundo año 1986, también participamos, salimos como “Fantasías” un disfraz de mucho colorido de “Brasileñas” obteniendo el primer premio en disfraz. Era muy bonito el disfraz, con unos abanicos todo cubierto de plumas, trabajamos mucho con las plumas y con todo el disfraz, todo artesanal. Fuimos a un matadero por ellas, las lavábamos y las teñimos, todo un proceso que cada vez que soplaba el viento salían volando. Un abanico grande que llevábamos en la representación de la comparsa, nos hizo el abanico de madera el maestro en guitarras y cajas Pepín Cardeñas y nosotros lo decoramos con las plumas. Los demás abanicos cada uno nos la hicimos al igual que todos los complementos del disfraz.