El próximo 14 de junio se cumplirán las bodas de plata de la
visita de San Juan Pablo II a la aldea del Rocío. Fue una jornada muy intensa
la que vivió en la provincia de Huelva en el que fuera su cuarto viaje a España
y que además incluía las ciudades de Sevilla y Madrid.
Su primer viaje a
suelo español fue del 31 de octubre al 9 de noviembre de 1982 donde estuvo en
varias ciudades del país como Ávila, Madrid, Barcelona, Toledo, Segovia,
Zaragoza, Valencia, Santiago de Compostela y Sevilla donde beatificó a Sor
Ángela de la Cruz. Dicha estancia fue la
más larga de todas las que realizara el Santo Padre en España.
El Santo Padre delante de la Virgen del Rocío. Foto: La Rebujina.
La segunda visita papal a los españoles fue el 10 de octubre
de 1984 siendo la primera escala en su visita a varios países de Hispanoamérica.
Cinco años más tarde, entre el 19 y el 21 de agosto, vitoreado como el “Papa
peregrino” recorrió a pie una parte del Camino de Santiago en su visita a
Santiago de Compostela con motivo de la IV Jornada Mundial de la Juventud.
Posteriormente, hizo un último viaje a tierras españolas, los días 3 y 4 de
mayo de 2003, estando presente en Madrid donde proclamó a cinco nuevos santos
españoles, entre ellos a Sor Ángela de la Cruz.
Pero fue su cuarto viaje a España el más especial para el
pueblo andaluz, en general, y la familia rociera, en particular. Dicho viaje comenzó
en Sevilla el 12 de junio dónde celebró la Santa Misa en la catedral,
permaneciendo en la ciudad hispalense hasta el día siguiente.
El lunes 14 de junio
fue la visita del Papa Viajero a la provincia de Huelva. A las 10 de la mañana
en la Avenida de Andalucía celebró la misa de la terminación del Congreso
Mariano. Acudieron unas 50.000 personas venidas principalmente de toda la
provincia onubense y de la vecina Portugal. En su homilía, el Papa polaco destacó
la fuerza del evangelio como motor de transformación social y la importancia de
la institución familiar censurando la idolatría, el aborto, las drogas y la
ausencia de valores morales.
Más tarde, estuvo en Moguer y Palos de la Frontera y a su
llegada a La Rábida, a las cinco y media de la tarde aproximadamente, coronó a
la Virgen de los Milagros en la explanada del Monumento de los Descubridores.