"San Juan del Puerto...su sitio es una llanura a la vanda Boreal de Rio Tinto, casi en frente de Moguer, y en igual distancia de Niebla, y de Huelva. Con la fertil Campiña de su Termino, u el comercio de su Ria, ha crecido la poblacion a un buen vecindario de gente honrada, y de buenos caudales".
Fragmento recogido de "Huelva Ilustrada", obra de Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho de 1762.


sábado, 14 de abril de 2018

25 años de la visita de San Juan Pablo II a la aldea del Rocío

El próximo 14 de junio se cumplirán las bodas de plata de la visita de San Juan Pablo II a la aldea del Rocío. Fue una jornada muy intensa la que vivió en la provincia de Huelva en el que fuera su cuarto viaje a España y que además incluía las ciudades de Sevilla y Madrid.
Su primer viaje a suelo español fue del 31 de octubre al 9 de noviembre de 1982 donde estuvo en varias ciudades del país como Ávila, Madrid, Barcelona, Toledo, Segovia, Zaragoza, Valencia, Santiago de Compostela y Sevilla donde beatificó a Sor Ángela de la Cruz. Dicha  estancia fue la más larga de todas las que realizara el Santo Padre en España.

El Santo Padre delante de la Virgen del Rocío. Foto: La Rebujina.

La segunda visita papal a los españoles fue el 10 de octubre de 1984 siendo la primera escala en su visita a varios países de Hispanoamérica. Cinco años más tarde, entre el 19 y el 21 de agosto, vitoreado como el “Papa peregrino” recorrió a pie una parte del Camino de Santiago en su visita a Santiago de Compostela con motivo de la IV Jornada Mundial de la Juventud. Posteriormente, hizo un último viaje a tierras españolas, los días 3 y 4 de mayo de 2003, estando presente en Madrid donde proclamó a cinco nuevos santos españoles, entre ellos a Sor Ángela de la Cruz.
Pero fue su cuarto viaje a España el más especial para el pueblo andaluz, en general, y la familia rociera, en particular. Dicho viaje comenzó en Sevilla el 12 de junio dónde celebró la Santa Misa en la catedral, permaneciendo en la ciudad hispalense hasta el día siguiente.
El lunes 14 de junio fue la visita del Papa Viajero a la provincia de Huelva. A las 10 de la mañana en la Avenida de Andalucía celebró la misa de la terminación del Congreso Mariano. Acudieron unas 50.000 personas venidas principalmente de toda la provincia onubense y de la vecina Portugal. En su homilía, el Papa polaco destacó la fuerza del evangelio como motor de transformación social y la importancia de la institución familiar censurando la idolatría, el aborto, las drogas y la ausencia de valores morales.
Más tarde, estuvo en Moguer y Palos de la Frontera y a su llegada a La Rábida, a las cinco y media de la tarde aproximadamente, coronó a la Virgen de los Milagros en la explanada del Monumento de los Descubridores.
El último acto presidido por San Juan Pablo II en la provincia de Huelva fue la visita al Rocío. Sobre las siete de la tarde los campaniles y campanas de las distintas casas de hermandad comenzaron a repicar mientras un helicóptero llevaba al Santo Padre a la aldea almonteña.  Antes de llegar a la ermita, en las calles se le jalonaba con distintos vivas entre ellos ¡Viva el Papa Rociero!
Una vez que llegó la comitiva al santuario, el por entonces obispo de Huelva, Rafael González Moralejo, presentó a su santidad a las autoridades civiles y eclesiásticas antes de entrar en la ermita por la llamada puerta de la Marisma. Posteriormente, se postró para orar delante de la Virgen del Rocío y fue a presenciar las nuevas decoraciones que se estaban haciendo en el altar.


Juan Pablo II rezando delante de la Virgen del Rocío. Foto: Hermandad Matriz de Almonte.

Juan Pablo II marchó hacía un balcón que se puso a propósito para la visita papal donde el Santo Padre dio unas palabras a los presentes que estaban en la explanada anterior y lateral de la ermita. Consideró el Rocío como un centro religioso de Andalucía, destacó el amor a la virgen como valor a la tradición y recalcó que entre el fenómeno religioso y cultural aparece la Fe. También afirmó que El Rocío debe ser una escuela de vida cristiana para que la Fe crezca y se fortalezca. Una frase que fue muy aplaudida por los presentes fue “…que todo el mundo sea rociero…”.
Del mismo modo, destacó que lo folclórico o costumbrista no puede ser lo principal de la romería de Pentecostés y que esto no puede desligarla de lo esencial que se trata, en definitiva, de la fe y la devoción a la virgen.
El Papa resaltó que las hermandades rocieras son importantes para la formación cristiana y el dinamismo apostólico. Puso de relieve los valores cristianos de la sociedad española y andaluza para superar las dificultades y obstáculos como la pobreza, el paro, la falta de solidaridad y los vicios de la sociedad consumista. Por último, terminó su alocución con vivas a la Virgen del Rocío y con la salve rociera.
De nuevo en el interior del templo, bendijo los distintos Simpecados de las 90 hermandades filiales rocieras existentes hasta el momento que se encontraban dispuestos en fila por todo  el perímetro de la ermita, encontrándose entre ellos el bendito Simpecado de nuestra Real e Ilustre Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de San Juan del Puerto. Finalmente, se volvió a postrar delante de la Virgen del Rocío para luego despedirse de las autoridades civiles y religiosas antes de marchar en coche hacia Sevilla.
Fue un día muy intenso para Juan Pablo II y para todos los onubenses y visitantes que estuvieron presentes en los distintos actos en los que estaba el Santo Padre. Los sanjuaneros y sanjuaneras no dudaron en arroparlo en todos estos actos programados en la provincia de Huelva. Por supuesto, no faltaron en la aldea del Rocío el lazo blanquiazul con el nombre de la Hermandad del Rocío de San Juan del Puerto en los sombreros de los rocieros sanjuaneros.


Juan Pablo II en un balcón habilitado junto al por entonces Obispo de Huelva Rafael González Moralejo. Foto: Canal Costa TV.

Con este 25 aniversario queremos recordar la Fe incesante a la Reina de las Marismas que profesaron aquellos fieles que rindieron pleitesía a Su Santidad en aquel día de 1993 al grito de ¡Qué poderío, el Papa en el Rocío!  Sin duda, aquel día muchos rocieros que llevaban a la Virgen en los labios y en el corazón esparcieron por sus pueblos y ciudades la Fe que el Sumo Pontífice avivó en el Santuario de la Blanca Paloma.
Sirvan estas humildes líneas como homenaje al Pastor de la Iglesia católica universal al que todos gritaban en la cálida tarde rociera de junio ¡Juan Pablo II te quiere todo el mundo! De esta manera, cuando ya han transcurrido veinticinco años, debemos rememorar las enseñanzas de aquella transcendental visita porque como dice la célebre sevillana “para ser buen rociero, primero hay que ser buen cristiano”.
Asimismo, cuando el próximo miércoles de romería la carreta que porta nuestro Simpecado parta camino de las arenas, lo hará especialmente engalanada para celebrar dicha efeméride.
Con el deseo de que nunca se olvide que nuestro divino Simpecado fue bendecido por un Papa y Santo y que al contemplarlo veamos en él a María de la Rocina como madre nuestra y mediadora ante Dios.
¡Viva San Juan Pablo II!
¡Viva el Papa Rociero!

Artículo realizado conjuntamente entre Tomas Sayago Sánchez y José Manuel Márquez Romero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bonito recuerdo de aquella visita del papá en Andalucía, escrita con todo detalle, recuerdo muy bien esa fecha y el fervor originado. Gracias