Se puede repetir la historia

Una vez ya hace muchos años tuve la oportunidad de hablar con un tío-abuelo y le hice la siguiente pregunta: ¿Cómo se acogió en San Juan del Puerto la llegada de la Segunda República?, Él me contestó que con mucha alegría porque así desaparecía el viejo sistema caciquil y que la libertad y la igualdad de oportunidades para todos podría llegar. Al terminar de contestarme le volví a preguntar ¿Por qué fracasó la Segunda República?, mi tío-abuelo me contestó: "porque no había respeto ni educación".

Con esto quiero llamar la atención que en esta sociedad en la que nos ha tocado vivir hay mucha libertad de expresión, mucha igualdad, pero estoy viendo que cada vez al adversario político, a la persona que piensa diferente de nosotros, que es hincha o aficionado a otro equipo deportivo diferente al nuestro, le tenemos muy poco respeto y lo tildamos de tonto, feo, gilipollas y otros "descalificativos" e incluso llegando al insulto.

Constitución Española de 1978. Foto: Wikipedia.

Hoy 27 de agosto se ha vivido algo que creo que no debería de volver a pasar y es que en la visita institucional de la Presidenta de la Junta de Andalucía a nuestro pueblo se han vivido momentos bastantes desagradables. Yo no voy a entrar si los manifestantes tienen o no tienen razón, pero los insultos sobraban. 

Las redes sociales por desgracia

también se están contaminando de la falta de respeto hacía el contrario, que si Rajoy era esto o lo otro, que si Sánchez es esto o lo otro, y así con todos los cabezas visibles de los partidos. Para mí el mejor político es él que alaba lo bueno para la sociedad ya sea de su partido político o no y él que condena lo malo ya sea realizado por su partido o no.

Un familiar mío me decía esto se soluciona con la tercera guerra mundial, yo espero que no suceda, siempre pienso en el periodo histórico de la Transición Española, un periodo difícil de nuestra historia y con muchos obstáculos que los políticos de entonces salvaron con mucho diálogo y respeto hacía el otro. Muchos me dicen que la llegada de una nueva guerra es impensable, lo mismo creían aquellos que vivían en los 20 y 30 cuando las armas callaron en 1918 con la finalización de la Gran Guerra y no veían que se les estaba acercando una guerra más destructiva que la anterior.

Los ciudadanos del siglo XXI tenemos que respetarnos los unos a los otros, la libertad de expresión que tanto costo ganar a la ciudadanía no la manchemos con los insultos porque a lo mejor las sombras de otra guerra pueden estar al acecho y se puede repetir la historia.