A finales de 1813, se requirió por las autoridades pertinentes de los distintos ayuntamientos, que se enunciaran los distintos cementerios provisionales para enterramientos y se procediera a la constitución y estudio para la construcción de cementerios definitivos.
En enero del año siguiente el ayuntamiento sanjuanero, reunido para deliberar distintos asuntos pertinentes del día, valoró este tema de la siguiente manera:
"Qué en virtud de la orden circular del Sr. Jefe Superior Político de esta Provincia su fecha en Aznalcóllar a doce de noviembre del año próximo pasado anterior, recibida en esta villa en doce del corriente mes en la que se inserta la de S. A. la Regencia del Reino, que incluye una resolución de las Cortes la formación de cementerio fuera de poblado, señalando el preciso termino de un mes, bajo toda responsabilidad personal, que se haría efectiva, para que puedan tomarse las disposiciones necesarias a preparar los cementerios provisionales, mientras se construyen los permanentes, en su cumplimiento y habiendo reconocido todos los sitios que pudieran servir para el efecto, vistas las dificultades y graves gastos que se causarían y que no hay absolutamente fondo alguno de que se hacen uso, señalaron por cementerio provisional, el patio y claustros bajos del convento del Carmen, que por su situación se halla casi fuera de poblado y para permanente la huerta del mismo convento de todo lo que se de cuenta a su señoría".
En la imagen se puede ver el interior de la cripta del convento del Carmen. El convento fue elegido como cementerio provisional y permanente en 1814. Foto: Ayuntamiento de San Juan del Puerto |
A comienzos de la centuria decimonónica, ya se planteó el tema de los cementerios, en un primer momento, preparando los "provisionales" que servirían en un primer momento para inhumación de los cadáveres para la construcción de los que serían los "definitivos". En el caso de San Juan, el primero estaba ubicado en el patio y claustros de convento y el segundo estaba localizado en la huerta del mismo convento. Como se dice en dicha sesión, los problemas económicos del consistorio sanjuanero en aquellos años hacía que era imposible la construcción de un nuevo cementerio y se tuvo que remodelar varios sitios del convento para acoger los cementerios, tanto el provisional como el definitivo. También hay que mencionar que las epidemias de cólera y viruela que padeció nuestro pueblo entre 1854 y 1856, y ante la falta de espacio para enterramientos, se decidió que los fallecidos por estas dos pandemias se sepultaran en un cementerio provisional realizado a marchas forzadas cerca del camino o carretera que iba a Niebla, cerca de la ermita de San Sebastián.
Sin embargo, estas medidas no fueron muy efectivas, ya que el cementerio que formaba parte el convento estaba cerca de la población con el riesgo sanitario que conllevaba. Así se tuvo que construir un lugar apartado un cementerio, apartado del casco histórico, para la inhumación de los cadáveres. Con este propósito, se estudió el sitio mejor para su edificación, se eligió el paraje de "Cantarranas" y fue allí donde se realizó el actual cementerio dedicado a San Sebastián. Se erigió en 1875 con fondos de los vecinos, sobre unos 3000 metros cuadrados de superficie, tendría cuatro espacios rectangulares iguales, los enterramientos serían de dos tipos, nichos y sepulturas, y éstos a su vez podrían ser en propiedad o arrendados. A partir de ese año, el cementerio ha sufrido diferentes remodelaciones y ampliaciones, la más importante fue la llevada a cabo en 1987.
Interior del cementerio municipal de San Juan del Puerto construido en 1875 Foto: Huelva Información |
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