"San Juan del Puerto...su sitio es una llanura a la vanda Boreal de Rio Tinto, casi en frente de Moguer, y en igual distancia de Niebla, y de Huelva. Con la fertil Campiña de su Termino, u el comercio de su Ria, ha crecido la poblacion a un buen vecindario de gente honrada, y de buenos caudales".
Fragmento recogido de "Huelva Ilustrada", obra de Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho de 1762.


viernes, 29 de septiembre de 2023

La dictadura de Primo de Rivera en San Juan del Puerto

La crisis económica, el enfrentamiento social, la descomposición de los partidos políticos y la derrota militar de Annual con miles de soldados muertos, fueron los detonantes del golpe de Estado de Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923. El nuevo régimen, apoyado por la monarquía, tomó una serie de medidas como la suspensión de la Constitución de 1876, de las Cortes y toda actividad de los partidos políticos. 

Miguel Primo de Rivera junto al Rey Alfonso XIII.
Foto: La Razón

Con respecto a los ayuntamientos, por Real Decreto de 30 de septiembre, se disolvieron las anteriores corporaciones municipales y se constituirían unas nuevas que serían elegidas en sesión presidida por la autoridad militar correspondiente. Los alcaldes y concejales, durante este periodo histórico, tendrían que ser personas con "título profesional o ejerzan industria técnica o privilegiada, y en su defecto, los mayores contribuyentes", o sea esto significaba que las personas que podían estar dentro del consistorio debían tener cierto nivel económico. En San Juan, la elección del nuevo consistorio se produjo al día siguiente, el 1 de octubre. Ese día, presidido por el Comandante Militar se nombró a los cargos concejiles. Para alcalde, y en segunda votación, fue elegido José Falcón Rubiales, como Primer Teniente de Alcalde, Tomás Minchón Beltrán, como Segundo Teniente de Alcalde a José Cambra Rodríguez. Posteriormente se nombraron los cargos de Regidor Síndico que recayó en Alonso Minchón González y el de Interventor que correspondió a Juan Aquino García. Unos días más tarde se nombraron a los restantes cargos concejiles y las distintas comisiones.

Desde el 1 de octubre de 1923, día de la constitución del primer ayuntamiento de la dictadura hasta el 28 de enero de 1930, día en el cual Primo de Rivera presentó su dimisión al rey Alfonso XIII, hubo en San Juan, en estos casi seis años y cuatro meses, hasta siete corporaciones diferentes. Los distintos ayuntamientos eran separados y nombrados por la autoridad militar en un primer momento, posteriormente fue por el Gobernador Civil. Otra característica de este periodo fueron las continuas dimisiones de concejales por no poder compatibilizar sus cargos dentro del ayuntamiento con sus respectivos negocios. 

En este periodo histórico, de un poco más de seis años, se constituyeron hasta siete corporaciones diferentes

En lo económico, las corporaciones debían de dar cuenta cada trimestre de los ingresos y gastos corrientes y extraordinarios en sesiones establecidas para ello. Entre los gastos podemos destacar las obras realizadas para la remodelación de las calles Esparteros, Toneleros y Plaza León XIII (actual Plaza de la Iglesia). 

Sobre otros asuntos que acontecieron en nuestro pueblo podemos destacar que el 3 de noviembre de 1923, y por petición popular, se solicitó el cambio de nombre de la calle Burgos y Mazo (actual calle Real) por el de Primo de Rivera, tras el respectivo estudio se denegó dicha solicitud.  

En enero de 1925 se recibió una carta del alcalde de Madrid invitando a distintas autoridades para que concurriera a una visita a la Corte de Alfonso XIII. En sesión celebrada el día 19 de ese mes se designó al alcalde Diego Garrido para que asistiera. Además, ese día, se aprobó dar a los reyes Alfonso XIII y a Victoria Eugenia el título de Alcalde y Alcaldesa honorarios de San Juan del Puerto. 

Alfonso XIII y Victoria Eugenia recibieron el título de Alcalde y Alcaldesa honorarios de San Juan del Puerto en sesión celebrada el 19 de enero de 1925.
Foto: Vanitatis. El Confidencial

También en el mismo mes de noviembre de 1923, en sesión ordinaria, se examinó las quejas de los vecinos por las aguas estancadas en el sitio denominado Ejido de Santiago, procedentes de las bodegas enclavadas en aquellos alrededores. Para solucionar este problema, se planteó realizar un caño para que estas aguas pudieran salir hacia el río y no se quedasen inmovilizadas causando mal olor. 

Por Real Decreto de 1925 se ofreció dinero para la conservación de caminos y los respectivos ayuntamientos solicitaban cuál sería para ellos el que debía de arreglarse. Los concejales sanjuaneros eligieron el camino que une nuestro pueblo con el de Gibraleón porque éste comunicaba distintas zonas de la provincia onubense.

En octubre de 1926 se solicitó la construcción de un grupo escolar, anteriormente se había realizado por parte del ayuntamiento una permuta de casas para la construcción de una escuela, pero por su retraso en su concesión se iba a comenzar el nuevo curso escolar en la casa consistorial. Para ello en un salón del consistorio (es de suponer que es el actual salón de plenos), se habilitó con bancas y material escolar, que fue adquirido por el municipio, para que los niños iniciaran el curso 1926-27. En ese último año se formalizó el contrato de adquisición de la Enciclopedia Universal Ilustrada Euroamericana Espasa-Calpe. Sin embargo, la enciclopedia duró muy poco tiempo en propiedad del ayuntamiento ya que se vendió unos años más tarde.

Varios tomos de la Enciclopedia Universal Ilustrada Euroamericana Espasa-Calpe.
Foto: Todocolección

Otro hecho importante a reseñar fue que, a finales de 1927, según nos cuenta la prensa de la época, se inauguró el teléfono interurbano en nuestro pueblo. El beneficio de este servicio era evidente para toda la ciudadanía y autoridades, además para aquellos comercios e industrias instaladas en San Juan por ser un servicio seguro y rápido. En su inauguración estuvieron presentes el gobernador civil, el alcalde con toda la corporación, el diputado provincial Diego Garrido, el director y administrador de la provincia de la compañía y por el cura párroco que bendijo los distintos aparatos. 

En definitiva, fueron unos años de transición en los que la dictadura sirvió de parche a la situación nacional y que tras el apoyo monárquico al golpe de estado de 1923 desembocó en descontento en diferentes aspectos, social, económico y político, que desencadenaría en la caída de la propia monarquía y el advenimiento de la Segunda República en abril de 1931.      

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