"San Juan del Puerto...su sitio es una llanura a la vanda Boreal de Rio Tinto, casi en frente de Moguer, y en igual distancia de Niebla, y de Huelva. Con la fertil Campiña de su Termino, u el comercio de su Ria, ha crecido la poblacion a un buen vecindario de gente honrada, y de buenos caudales".
Fragmento recogido de "Huelva Ilustrada", obra de Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho de 1762.


viernes, 8 de marzo de 2024

Día Internacional de la Mujer: Loli Cano Soriano

Este año en el "Día Internacional de la Mujer" me he querido acordar de una persona, muy conocida en nuestro pueblo, y que el año pasado no se puede decir que haya sido uno de los mejores de su vida por varios motivos, el fallecimiento de su madre y de su cuñado y la espalda que le está dando más la lata de lo acostumbrado. Gracias a su trabajo y constancia, desde hace aproximadamente unos quince años, no desapareció una tradición como es la realización de los conocidos "muñecos de Zapatito" de nuestras tradicionales fiestas dedicadas al Santo Patriarca San José. Por supuesto les estoy hablando de Loli Cano Soriano. 

Loli nació en la localidad vecina de Moguer en 1964, aunque con tres años se vino a vivir a San Juan, en concreto en el barrio de San Sebastián, es la segunda de cuatro hermanos. De su infancia tiene bonitos recuerdos, estuvo en el colegio nacional, en el parroquial y con nueve años siguió los estudios en Huelva viviendo en la capital onubense con un familiar, aunque nos confiesa que con los libros no se llevaba especialmente bien. A los 18 años vuelve a San Juan, a esa edad su familia cambia de residencia habitual a la calle Pozonuevo. También nos cuenta, que su juventud la recuerda con mucho cariño, su reunión de amigas y que fueron unos años bastante entrañables. 

En la foto dando un pequeño retoque a uno de los muñecos

Nos cuenta que su primera relación con las fiestas falleras fue en 1981 siendo una de las damas de honor de aquel año, siendo su acompañante José María, su marido. Después del compromiso de noviazgo, se casaron en 1992, fruto de su matrimonio nacieron María José y Álvaro de los cuales se siente muy orgullosa.

De su matrimonio con José María, estuvo más vinculada con las fiestas falleras, primero por su suegro que fue una persona fundamental en la organización de las fiestas falleras dedicadas a San José, y con su marido ya que él hacía cualquier cosa para recaudar dinero para estos festejos como organizar rifas de borregos. Loli no quiso mantenerse al margen de todo esto ya que recuerda vender roscos antes de las fiestas josefinas para poder realizar la popular paella.

Loli junto a los miembros de la Comisión de San José tras la "plantá" de la falla

Le impresionaba los muñecos que realizaba Zapatito, que se caracterizaban por tener los ojos bien abiertos, vestimenta de colores chillones y muy llamativos, su expresión corporal, además de los "atributos", algo exagerados, que ponía tanto a hombres como a mujeres. Juan empezaba con los "muñecos de cabecera", que son los que están colocados en lo alto de la falla para luego materializar los demás. Desde mediados de la década de los 60 era el encargado de efectuar los muñecos, sin embargo, la edad no perdona y cada vez le costaba más hacerlos. Loli, a finales de la primera década de este siglo, le prestó su ayuda haciendo en un primer momento los vestidos y después elaboraba los cuerpos con los modelos para luego pintarlos. Como nos cuenta, las caras y las manos las hacía Zapatito, como anécdota nos cuenta que como le costaba tanto elaborar las manos, éstas irían metidas dentro de los bolsillos de los muñecos.

Loli nos relata que con el pasar del tiempo, Zapatito fue ingresado en la residencia, a pesar de esto, siempre realizó las cabezas y las manos y ella se encargaba del resto del cuerpo. Después de terminados, era costumbre recogerlo de la residencia para que fuera a ver cómo habían quedado los muñecos. Cada año que pasaba, la responsabilidad para Loli para confeccionar los "ninots" era cada vez mayor y más aún cuando "Zapatito" fallecía en 2016.

En la imagen podemos ver a Loli en plena faena

Siempre vemos la punta del iceberg, pero según nos comenta nuestra protagonista, la elaboración de los distintos muñecos falleros tiene un proceso largo y algunas veces hasta complicado donde el tiempo es fundamental para su realización. La estructura de madera la hacía José María, su marido, y luego con papel, cinta adhesiva, cola, agua y cola se realizaban los muñecos. Luego se le daba pintura blanca y se daría por finalizado cuando se secaba al sol y luego darle la pintura de color más adecuada. Ha habido años en los que se han elaborado 32 muñecos, siendo ésta una tarea muy ardua.   

Quiere destacar el papel de una serie de personas que le han ayudado para hacer los distintos muñecos en esta más de una década y media, a su cuñada Polo, Alejandro, Vanesa, Toñi, Juan José y a las personas que componen la Comisión de San José y a todos los colaboradores por su apoyo. También quiere resaltar especialmente a Eduardo Domínguez por su inestimable colaboración para la realización de la paella y a Manuel "el buque" que siempre le buscaba los periódicos para materializar los muñecos de las fallas.

Varias personas ayudando a Loli con los "ninots" josefinos

Por supuesto, su trabajo no es sólo la compostura de los muñecos, sino también estar presente en los diferentes actos programados con los compañeros que forman la comisión y ayudantes en los distintos días festivos dedicados a San José. Además de estar en otras programaciones que se realizan a lo largo de los 365 días por otras hermandades de nuestra población representando a la comisión. 

Loli junto a su cuñada Polo portando una cesta con alimentos durante la Romería de San Isidro.
Foto: Comisión de las Fiestas Falleras de San José

Siempre ha estado en su mente la promoción en los colegios para que los niños conozcan cómo se realizan los muñecos porque es esencial que las nuevas generaciones sepan y mantengan estas fiestas tan tradicionales de nuestro pueblo. 

Es muy relevante su gran labor y dedicación a la Hermandad del Rocío de San Juan del Puerto, sobre todo desde que su marido José María se hizo con la presidencia de la hermandad rociera. Como nos dice Loli, trabajando y sacando dinero hasta debajo de las piedras. 

He querido con este artículo dar las gracias públicamente y rendirle un pequeño homenaje a una mujer por su pasión por las tradiciones sanjuaneras, su lucha porque no desaparezcan. Aunque algunas veces el desánimo ha sido grande, siempre ha sacado fuerzas de flaqueza para que las fallas no se dejaran de ver en el mes de marzo para que todos los sanjuaneros y visitantes pudiéramos contemplar los muñecos plantados en una de las calles más bonitas de nuestro pueblo, la calle San José, de nuestro pueblo, San Juan del Puerto.  

MUCHAS GRACIAS LOLI

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